El sector inmobiliario en 2025 experimenta una transformación impulsada por factores económicos, demográficos y tecnológicos que redefinen la vivienda y los espacios comerciales en España y Europa.
Para 2025, subida en los precios de la vivienda entre el 3,5% y el 7% consolida la recuperación del mercado residencial tras la inestabilidad previa. Gesvalt, CBRE y CaixaBank Research coinciden en un crecimiento medio en línea o por encima de la inflación.
Los alquileres mantendrán la tendencia alcista, con tasas estimadas del 5% al 10% en grandes ciudades y destinos turísticos. El precio medio de la vivienda nueva supera los 2.467 €/m², tras un incremento trimestral del 5,5% en 2025.
La compraventa de vivienda cerró 2024 con un alza del 10%, superando las 641.900 operaciones, la cifra más alta desde 2007. En los últimos 12 meses se alcanzaron más de 667.000 transacciones, un 16,3% más que el año anterior; obra nueva creció un 34,4% y segunda mano un 16,2%.
Unión de Créditos Inmobiliarios prevé un aumento del 10% en hipotecas, hasta 400.000 operaciones, gracias a la bajada de tipos de interés y un euríbor a la baja que fomenta la actividad compradora.
La fuerte demanda frente a oferta limitada persiste, especialmente en ciudades grandes y zonas costeras. La vivienda asequible escasea y las tensiones inflacionarias mantienen la presión sobre precios.
La demanda extranjera sigue activa en áreas mediterráneas menos afectadas por conflictos, mientras los flujos migratorios y el crecimiento de empleo (+400.000 empleos en 2025) sostienen la demanda interna.
El mercado comercial mantiene su atractivo gracias a la escasez de nueva oferta, lo que sostiene los precios de activos como locales de High Street y hoteles. La institucionalización de operaciones y grandes acuerdos incrementa el volumen movilizado.
La reactivación en construcción se centra en desarrollos de uso mixto y espacios adaptativos, que combinan retail, oficinas y residencial en un mismo complejo para maximizar la utilidad y la experiencia del usuario.
La digitalización del sector impulsa herramientas de inteligencia artificial y Big Data para análisis predictivo, valoración de activos y comercialización. Las plataformas proptech facilitan la gestión remota y mejoran la experiencia del cliente.
En vivienda, el auge de los “smart homes” incorpora automatización de servicios, monitorización energética y control remoto, respondiendo a la demanda de mayor confort, seguridad y eficiencia.
El envejecimiento poblacional genera una demanda creciente de residencias para mayores y productos inmobiliarios adaptados a necesidades asistenciales. Las innovaciones en diseño y servicios se convierten en una ventaja competitiva.
La migración interna y externa, junto con la reducción del tamaño medio de los hogares, impulsa la urbanización y la preferencia por el alquiler, especialmente entre jóvenes y profesionales móviles.
El principal desafío es el producción de nueva vivienda insuficiente para equilibrar oferta y demanda. La falta de suelo barato y la complejidad administrativa retrasan proyectos de vivienda asequible.
La asequibilidad se complica en zonas tensionadas, donde la brecha entre salarios y precios sigue ampliándose. Se requieren incentivos fiscales y modelos de colaboración público-privada para facilitar el acceso.
Las exigencias regulatorias y medioambientales marcan el desarrollo, obligando a incorporar criterios de sostenibilidad desde la planificación hasta la construcción y gestión de activos.
En el plano macroeconómico, la incertidumbre geopolítica y la política de tipos de interés pueden afectar la estabilidad y financiación del sector, exigiendo flexibilidad estratégica a promotores e inversores.
En conclusión, el mercado inmobiliario de 2025 se articula entre la oportunidad de crecimiento y la necesidad de innovación. La combinación de adaptación de antiguos espacios comerciales, impulso a la vivienda sostenible y avances tecnológicos abrirá camino a un sector más resiliente y orientado al usuario. La colaboración público-privada y la adopción de criterios ESG serán claves para superar retos de oferta y asequibilidad, consolidando un futuro más equilibrado y sostenible.
Referencias