En un mundo donde lo intangible ha irrumpido con fuerza, los activos de propiedad intelectual se alzan como el tesoro más codiciado.
En 2025, el valor total de los activos intangibles de las mayores empresas del planeta alcanzó 97,6 billones de dólares, un récord histórico y un incremento del 23% respecto a 2024. Este imparable ascenso supera el pico de 2021, cuando el valor rozó los 76 billones de dólares, y pone de manifiesto un crecimiento exponencial en dos décadas.
El informe Brand Finance GIFT 2025 confirma que marcas, software, datos y reputación no son ya complementos, sino los pilares del valor empresarial. Desde 2008, la inversión global en activos intangibles crece tres veces más rápido que en activos tangibles, según la OMPI y Luiss Business School, consolidando estos activos como el nuevo motor de la economía mundial.
España no es ajena a esta transformación. En 2025, el valor total de sus activos intangibles se sitúa en 720.000 millones de USD (620.000 millones de euros), un 62% más que en 2024. Este montante equivale al 38% del PIB corriente nacional y revela que el 48% del valor de la economía española es intangible, frente al 36% del año anterior.
Sin embargo, tres de cada cuatro euros de este valor no aparecen en los balances tradicionales, lo que genera una brecha entre el valor real y la contabilidad vigente. Esta discrepancia conlleva riesgos como empresas infravaloradas y dificultades de financiación, pero también abre una gran oportunidad para quienes sepan medir, gestionar y comunicar sus activos intangibles.
Algunos sectores globales destacan por su elevada concentración de valor intangible:
Empresas como NVIDIA han disparado su valor intangible un 50% hasta 4,3 billones de dólares, mientras ocho de las diez firmas con mayor valor intangible están en Estados Unidos: Microsoft, Apple, Amazon o Alphabet son ejemplos de cómo la PI se consolida como barrera de entrada y fuente de monopolio.
La propiedad intelectual es un subconjunto clave de los activos intangibles y comprende:
Estos activos permiten exclusividad, licencias y royalties, convirtiéndose en una moneda de cambio en fusiones y adquisiciones, además de ser el corazón del modelo de negocio en sectores como IA, biotecnología y semiconductores.
La inversión mundial en intangibles supera con creces a la física, incluso con tipos de interés altos y recuperaciones económicas moderadas. En 2024, dicha inversión creció tres veces más rápido que en maquinaria y edificios, y desde 2008 casi cuatro veces más.
Para las empresas y países, gestionar la propiedad industrial (patentes, marcas y diseños) se ha vuelto una obligación estratégica. Algunas claves para aprovechar esta tendencia son:
Adoptar estas prácticas posiciona a la organización como líder en un mercado donde la innovación es la principal fuente de competitividad.
La propiedad intelectual comparte varias propiedades con el oro tradicional, pero multiplaza su potencial:
Escalabilidad: Un algoritmo o un fármaco se puede comercializar globalmente con bajo coste marginal. Renta de monopolio: Las patentes y copyrights ofrecen exclusividad temporal, y las marcas permiten fijar precios altos. Difícil sustitución: Reputación y ecosistemas de software apenas tienen equivalentes. Liquidez: Surgen mercados secundarios de licencias, joint ventures y fondos especializados. Pero también conlleva riesgos como disputas judiciales o cambios regulatorios.
Valorar la propiedad intelectual es fundamental para convertirla en un activo estratégico. Existen tres métodos principales:
Para proteger estos activos, es esencial registrar patentes y marcas en las jurisdicciones clave, mantener auditorías periódicas de PI y emplear herramientas de vigilancia tecnológica.
La propiedad intelectual se alza como el nuevo oro de la economía global. No se trata solo de proteger invenciones o diseños, sino de gestionar de forma integral un activo que puede generar rentas de largo plazo, mejorar el acceso a financiación y proporcionar una ventaja competitiva sostenible.
Es momento de evaluar tu cartera de PI, documentar su valor real y diseñar una estrategia de monetización. Convierte tus ideas y creaciones en un patrimonio tangible que impulse tu negocio y la economía nacional. La era de lo intangible ha llegado: aprovecha tu oro moderno.
Referencias