Invertir en bienes de lujo combina exclusividad y rentabilidad, ofreciendo placer y revalorización en un solo movimiento.
En economía, un bien de lujo es aquel cuya demanda crece más que proporcionalmente al ingreso. Son productos no esenciales, ligados al estatus social y la exclusividad. Cuando incrementa la renta, su consumo sube de manera significativa.
Sus características clave incluyen:
Un activo de lujo va más allá del placer: tiene potencial de revalorización, conservación de valor o generación de rentas, como el alquiler de inmuebles de alta gama o el charter de yates exclusivos.
El mercado global del lujo ha registrado un crecimiento anual de 8 % hasta 2030, según McKinsey, while other analyses apuntan a tasas del 7–9 % hasta 2027.
De 2019 a 2023 la demanda de bienes personales de lujo experimentó un auge sin precedentes, con ventas impulsadas por moda, relojería y joyería. Aunque desde 2023 se detecta una desaceleración selectiva en mercados como China, emergen nichos como el lujo experiencial y digital.
España destaca como un mercado relevante:
Hacia 2030 el lujo evolucionará hacia el lujo silencioso, menos ostentoso, y el lujo experiencial, impulsado por viajes, wellness y arte inmersivo. La sostenibilidad, la trazabilidad y el propósito social serán piedras angulares, junto al concepto phygital, que integra lo físico y digital.
Las generaciones marcan tendencias distintas:
Para el 72 % de estos consumidores, la atención personalizada tiene más valor que el producto en sí. El lujo del futuro será definitorio por su exclusividad, personalización extrema y experiencias sensoriales transformadoras.
Existen diversas clases de activos con potencial de rentabilidad y preservación de valor:
Cada clase requiere distinto horizonte temporal, nivel de liquidez y asesoramiento específico. Por ejemplo, los relojes mecánicos destacan por su mercado secundario robusto, mientras que el arte ofrece diversificación pero con alta dispersión en precios.
Para iniciarse con seguridad, sigue estas pautas:
Recuerda diversificar el portafolio combinando bienes tangibles (relojes, automóviles) con experienciales (arte, vino) y digitales (NFTs), equilibrando rentabilidad y disfrute.
Invertir en activos de lujo no es solo una estrategia financiera: es una forma de disfrutar del arte, la excelencia y la innovación. Con una visión a largo plazo, asesoramiento profesional y decisiones informadas, podrás combinar estilo y rentabilidad en tu portafolio.
Referencias